Particularmente esbelto, el gato siamés se caracteriza por tener las patas largas y un singular color de ojos azul.
La diferencia de peso es significativa entre el gato siamés macho, cuyo porte es mediano y oscila entre los 3 y los 5 kg, y el gato siamés hembra, que son ejemplares más pequeños y su peso es inferior a 3 kg.
El pelo del gato siamés sigue un esquema de color particular denominado pointed; es decir, de color más oscuro en extremidades, cola, orejas y cara. Su pelo es corto y fino, muy pegado al cuerpo y brillante.
A los gatos siameses se les reconoce una cierta tendencia al albinismo, ya que apenas producen melanina. Esta particularidad es la que les confiere ese patrón tan singular de coloración del pelaje.
De hecho, el gato siamés es blanco al nacer, aunque sí presenta la variante de color, el seal-point, en las zonas de las orejas, las patas y el rabo, oscureciendo su pelaje paulatinamente al crecer.
Dentro de la misma raza hay dos tipos de gato siamés: el gato siamés moderno (gato oriental o gato táctico) y el gato siamés tradicional, también conocido como Thai, ambos con una longevidad aproximada de unos 14 años.